La victoria ante el Alavés y los mensajes de sus jugadores han devuelto la esperanza al madridismo. El Bernabéu se prepara para vivir otra noche mágica de remontada en Champions.

Real Madrid: La fe como motor, el Bernabéu como altar

La remontada empieza en la cabeza… y en las redes
La victoria del Real Madrid ante el Alavés fue un mensaje de esperanza a la afición, un partido que no fue brillante, pero sí suficiente para recargar las pilas de un equipo que sigue creyendo que es posible remontar el miércoles.

Lucas Vázquez, en el partido de ida, acudió a la afición e hizo un gesto significativo: “a la vuelta ganamos”. Jude Bellingham encendió este sábado la mecha, repitiendo en Mendizorroza el mismo gesto que el gallego.
“Creer. Nos vemos el miércoles, madridistas”, publicó el número 5 desatando la locura en redes.

Del realismo brutal a la fe ciega
Tras la caída en el Emirates, las voces del vestuario eran prudentes y pesimistas. “Hay que ser honestos”, decían. Pero algo ha cambiado, y ese algo se llama Bernabéu.

Vinicius lo dejó claro:
«Ya pensando en el miércoles. Estamos preparados y deseando que llegue. Os esperamos en el Bernabéu e intentaremos todo. SOMOS EL REAL!!! ¡HALAMADRID!»

Un cambio de actitud que llena de esperanza a los merengues y les hace creer con fuerza en las palabras de Bellingham:
“Si hay un equipo que puede hacerlo es el Real Madrid. Necesitamos una noche mágica y perfecta.”

Lo cierto es que no sería la primera vez que el equipo remonta un partido que a priori parece perdido. Ya lo dijo Juanito:
“Noventa minuti en el Bernabéu son molto longo.”

Además, el Real Madrid contará esta vez con Dani Ceballos. Recuperado de su lesión y con los errores cometidos en la ida estudiados, el sevillano afirma que “intentaremos hacer posible lo imposible”.

La casa de los milagros
No importa si eres madridista o no, si lo vives desde las gradas o en el campo, lo que ha logrado este equipo durante los últimos años en la Champions escapa a toda lógica. Por eso la afición confía en la remontada.

Este miércoles frente al Arsenal, el Bernabéu no solo será un estadio, será un grito colectivo, una fe encendida, un rugido blanco. Será la chispa que prende lo impensable. Será, una vez más, la casa de los milagros.

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