El Atlético de Madrid logró superar al Cacereño en la Copa del Rey con un 1-3 en el marcador, gracias a un gol y asistencia de Rodrigo De Paul en los últimos minutos. A pesar de la diferencia de categorías, el equipo local estuvo cerca de la hazaña.
De Paul celebra con Julián su gol al Cacereño que remontaba la Copa. Julio MuñozEFE

De Paul evita un mal trago: Atlético sobrevive a un Cacereño heroico

El fútbol es un deporte donde los favoritos no siempre salen airosos, y la Copa del Rey tiene una historia rica en sorpresas. El Atlético de Madrid casi protagoniza una de ellas en Cáceres, enfrentándose a un valiente Cacereño que, con tres categorías de diferencia, puso contra las cuerdas al equipo de Simeone durante gran parte del encuentro.

El estadio Príncipe Felipe lucía un ambiente excepcional, con aforo doblado gracias a gradas supletorias. El equipo local, con su entrenador Cobos al frente, salió decidido a plantar cara. Y lo lograron. En el minuto 31, Christian dejó atrás a una defensa rojiblanca desconcentrada y Merencio marcó el 1-0, desatando la euforia de los locales.

El Atlético, plagado de rotaciones, intentó reaccionar. A pesar del dominio en posesión, sus ataques carecieron de precisión. Nieves, el portero del Cacereño, se erigió como una muralla, frustrando a Riquelme y Lino en momentos clave. La primera mitad cerró con los rojiblancos desconcertados y el Cacereño soñando con la proeza.

En la segunda parte, Simeone movió sus piezas, introduciendo a titulares como Julián, Llorente y Lenglet. El cambio de estrategia trajo más presión ofensiva, pero las contras del Cacereño seguían siendo un peligro constante. Los minutos pasaban y el marcador seguía 1-0.

Fue en el minuto 82 cuando el talento individual marcó la diferencia. De Paul, con una asistencia impecable tras un rechace de Lenglet, puso el empate en el marcador. Apenas unos instantes después, un disparo suyo desviado por Adri Pérez selló el 1-2. El Cacereño, con un hombre menos tras la expulsión de Sancho, perdió fuerza. Julián sentenció en los últimos minutos con el 1-3, un resultado que no reflejaba el sufrimiento rojiblanco.

Aunque el Atlético sigue adelante en la Copa, el partido dejó lecciones importantes: los equipos pequeños pueden soñar y los grandes no deben subestimar a ningún rival. Una noche épica para el Cacereño, que se ganó un lugar en las memorias de la Copa, y un recordatorio para el Atleti de que, en el fútbol, cada partido es una batalla.

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